miércoles, 6 de noviembre de 2013

La medicina natural tradicional

En todos los pueblos de Abya-Yala, América Latina, el ser humano ha utilizado las plantas en el campo de la alimentación, así como también en el campo curativo físico y espiritual. La continua utilización de algunas especies de plantas, culturalmente les ha atribuido poderes mágicos y como consecuencia de las referidas costumbres, las plantas tienen una intervención directa en la vida del ser humano y su destino.

Cuando el hombre primitivo se hallaba enfermo, poco podía hacer, sino recurrir a las plantas. Del empleo de estas surgieron muchos tratamientos empíricos notablemente eficaces, que con el tiempo han concordado con la aplicación de la bioquímica en la determinación de sus componentes activos.

“Sin embargo, la medicina se fue haciendo teórica; nació el concepto de que cuando más drástico fuera el tratamiento, mejores eran sus efectos. Por consiguiente, la herbolaria, considerada producto de la ignorancia y la superstición, dejó de usarse”, reconoce el Doctor Luis Fernando Calderón, Director Nacional de Salud Intercultural en Ecuador.

Pero los mismos árboles, arbustos y hierbas que a través de los siglos sirvieron para preparar infusiones, bálsamos y emplastos curativos, proporcionan hoy en día la materia prima a la moderna industria farmacéutica. Según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud, OPS, casi la mitad de los medicamentos que se prescriben actualmente proceden del reino vegetal.

Entonces resulta natural que en el largo camino recorrido por la herbolaria, no hayan dejado de atribuirse virtudes mágicas o místicas a plantas o hierbas como la hoja de coca, ruda, sábila, albahaca, consideradas sagradas y que fueron un producto de los mitos ancestrales de nuestros pueblos.

En esta época en que el consumo individual de medicamentos ha aumentado tanto, surge la tendencia a volver a las fuentes naturales para curar las enfermedades, adoptando en todos los aspectos un sentido de vida más sencillo y acorde con la naturaleza, que es lo que en base a investigaciones etnobotánicas sobre procesos terapéuticos, ha validado la Fundación Centro Nacional de la Medicina Natural Tradicional, “Dr. Alejandro Dávila Bolaños”, con sede en la ciudad de Estelí.

Es común comprender las enfermedades del cuerpo en conexión con enfermedades de la mente. El cuerpo humano es un sistema perfecto y, salvo la vejez como factor natural de la muerte, las enfermedades provienen de agentes externos. Estos agentes externos en la Medicina Natural se comprenden como desbalances de la dinámica natural del cuerpo.

Hasta este punto, la cuestión no varía significativamente de la Medicina Occidental, pero es cuando se toma en cuenta la importancia de la mente dentro de la enfermedad, que la Medicina Tradicional toma otro giro. La Medicina Tradicional, aunque tiene repertorios de medicamentos de origen herbal y animal, se centra más que todo en los hábitos del enfermo. Los hábitos del paciente son algo que desde la OPS se busca corregir mediante la Promoción de Salud, mostrando los correctos hábitos de vida para prevenir la enfermedad.

Cualquier persona que haya sufrido enfermedades a causa de un mal hábito sabe lo difícil que es acabar con ellos, y con el tiempo se vuelven adicciones. En la Medicina Occidental hay un amplio repertorio de medicamentos para atacar estos automatismos dañinos, pero difícilmente se trata el origen del problema, que es la mala costumbre arraigada en el inconsciente del individuo.


Este conocimiento debe ser protegido y estimulado para que los rituales que desde siglos atrás han sido capaces de corregir los automatismos, no pasen a ser solamente rituales de índole cultural y de identidad.

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