Cada año, decenas de gobernadores, alcaldes, rectores de universidades y representantes de diversos sectores sociales "desfilan" por la Cámara de Diputados para cabildear que les sean asigandos más recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Aunque este año las negociaciones han tenido un bajo perfil porque se han realizado en privado, en años anteriores muchas de las peticiones de recursos se convertían en una verbena que buscaba atraer la atención de los diputados, únicos facultados para definir la conformación del PEF.
De entre todos, quienes destacaban eran los gobernadores de las entidades federativas, que buscaban agasajar a los legisladores como parte de sus esfuerzos para conseguir más recursos.
En la LXI Legislatura (2009-2012), era común que los patios del Palacio Legislativo de San Lázaro albergaran carpas para ofrecer comidas a los diputados, amenizadas por grupos norteños o música de banda. Desde sus estados, los gobernadores enviaban platillos regionales para agasajar a quienes tenían en sus manos el destino del erario.
En la mesa de honor estaban siempre Luis Videgaray Caso, hoy titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) quien ese entonces era diputado del PRI y presidente de la Comisión de Presupuesto, así como Francisco Rojas, en ese entonces coordinador de la bancada tricolor, y otros legisladores clave en la negociación del Presupuesto.
Una de las peticiones más vistosas ocurrió en octubre de 2010, cuando el Gobierno de Nayarit, entonces encabezado por el priista Ney González, patrocinó la colocación de una feria de artesanal y gastronómica en el patio central de San Lázaro, donde llegó a instalarse, incluso, el escenario de una playa con modelos en bikini que invitaban a los asistentes a visitar el estado.
La feria incluyó la presencia de chamanes, que realizaban limpias a quienes lo solicitaran y, para cerrar con broche de oro, el gobernador invitó a los legisladores una comida en uno de los patios traseros de San Lázaro. Ahí, se ofrecieron platillos típicos de Nayarit.
A la verbena en San Lázaro se unió ese día Humberto Moreira, entonces gobernador de Coahuila.
Así, en la época de negociación presupuestal, las entidades ocupaban espacios en la Cámara de Diputados para realizar exposiciones o muestras regionales que enfatizaran su importancia.
Ese año también participaron, por ejemplo, alcaldes de Jalisco, quienes ofrecieron a los legisladores una comida con tortas ahogadas y tequila, platillos típicos de esa entidad.
Las comidas y exposiciones servían de marco para que el gobernador se reuniera con los diputados encargados de negociar el Presupuesto, a quienes exponían sus necesidades.
El cabildeo, al parecer, surtía efecto. En el caso de Nayarit, por ejemplo, en la negociación presupuestal de 2010, con miras al ejercicio de 2011, el estado recibió un aumento de 10% en los recursos que tenía presupuestados.
Quienes llegaron con peticiones pero con un bajo perfil fueron gobernadores como el de Puebla, Rafael Moreno Valle; y Oaxaca, Gabino Cué, quienes sólo se reunieron con los coordinadores de las bancadas de los partidos afines, a quienes les entregaron sus peticiones.
A partir de 2012, la negociación del Presupuesto de Egresos se llevó a cabo de forma más discreta. Desde el año pasado, las reuniones de los gobernadores, alcaldes y miembros de otros organismos que buscan más recursos, se realizaron en privado con miembros de la Comisión de Presupuesto, a quienes comentaron sus demandas.
NEGOCIACIONES EN SIGILO
A diferencia de otros años, este 2013 las negociaciones del Presupuesto de Egresos de la Federación, que debe ser aprobado a más tardar este viernes 15 de noviembre, han transcurrido en sigilo, lo que ha provocado molestia en algunos legisladores de oposición.
Desde el 31 de octubre pasado, una vez que fue aprobada la Ley de Ingresos, los legisladores de la Comisión de Presupuesto comenzaron los trabajos para la asignación de los 4 billones 467,225 millones de pesos a disposición de la Federación para 2014.
Este año, han sido escasas las reuniones de la Comisión de Presupuesto para estudiar el destino de los recursosdiputados ha causado que diputados de oposición acusen que la negociación no se lleva a cabo en San Lázaro.
“La Cámara de Diputados está desierta, la negociación parece estar extramuros”, indicó Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano.
Esto ha sido negado por el perredista Silvano Aureoles Conejo, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Baja, quien afirmó que las pláticas simplemente se llevan a cabo en privado.
“No lo hacen (la negociación) en los oscurito, pero tampoco se pueden poner en la plaza pública para que los estemos viendo todos. El presupuesto se discute en la Cámara. Sé que trabajan los grupos en las oficinas de la Comisión de Presupuesto, en las oficinas de los distintos grupos parlamentarios”, sostuvo el también coordinador del Grupo Parlamentario del sol azteca.
Para Ulises Corona, académico de la UNAM, la negociación del Presupuesto debe tomar en cuenta las necesidades reales de las comunidades, más allá de los intereses políticos.
“Toda esa pleitesía que se rinde a los políticos que tienen en sus manos el destino del dinero es aberrante. Se supone que cada uno de los 500 diputados que están ahí representan a una parte del pueblo mexicano y es a ellos a quien deben buscar beneficiar, no al gobernador de su estado, al líder de su partido o a algún proyecto que les convenga sólo a ellos”, afirmó.
El especialista consideró que parte del deber de los legisladores es entregar proyectos que sean viables y contengan todos los requerimientos legales para que sean realizables y no terminen en subejercicio.
Además de las peticiones de los gobernadores, alcaldes y otros interesados en recibir más recursos para sus organismos, cada una de las comisiones de la Cámara de Diputados entrega a la Comisión de Presupuesto un documento de observaciones donde se analizan los recursos asignados a su sector.
Una vez que se reciben las opiniones y peticiones, los integrantes de la Comisión de Presupuesto se reúnen para negociar sobre cómo será la distribución de los ingresos.
De esos trabajos, se emite un dictamen que luego es votado en el Pleno de la Cámara de Diputados. (Vía ADN Político)
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